En general, cuando pensamos en el verano nos vienen a la cabeza imágenes de playas, paisajes montañosos, viajes de aventura o horas de relajada lectura debajo de nuestro árbol preferido. En esta entrada del blog proponemos añadir a todo ello un verano con conciencia financiera.
Hay dos momentos a lo largo del año en el que, en general, todos tenemos tendencia a hacer balance de cómo van las cosas, y a hacer propósitos y planes de futuro.
Uno de ellos es Navidad y Fin de año. Quien más quien menos aprovecha alguno de las pocos ratos de relax entre comidas y visitas familiares para volver la vista atrás, ver qué es mejorable y marcarse pequeñas o grandes metas para los meses siguientes. En cierto modo, esta costumbre también se ha adaptado a nivel empresarial: la mayoría de sociedades cierran estados contables para analizar qué ha pasado, y las que están mejor gestionadas también tendrán listos los presupuestos para el ejercicio siguiente. Si éstos están bien trabajados y se cumplen, lo más probable es que la empresa tenga beneficios en el futuro y se hagan las inversiones necesarias para que la continuidad de la actividad esté asegurada.
Y otro periodo especialmente propicio para detenernos a hacer balance y buenos propósitos es el verano. La ventaja de esta época del año es que, si bien en Navidad los compromisos de todo tipo acaban por limitar el tiempo que queda disponible, durante las vacaciones de verano en muchas ocasiones los ratos de relax son mucho más amplios y frecuentes.
Estos días os proponemos dedicar un rato de los espacios de ocio a hacer un pequeño análisis sobre en qué partidas estáis dedicando el dinero que ganáis, y si esto responde a lo que os gusta, a vuestros objetivos, o no. En especial, es muy recomendable que lo hagáis aquellos que al leer esto hayáis pensado «qué pereza que da», porque es muy probable que los resultados que obtengáis os aporten una conciencia de la situación actual imprescindible para dar el siguiente paso: hacer los cambios necesarios para que vuestros recursos financieros estén dedicados a vuestras prioridades, y dejar de dedicarlos a algunas cosas que ya sabéis que no os aportan casi nada.
No hace falta que os diga que en acOnseguir estamos muy preparados para ayudaros en este camino. Os sorprenderéis de los resultados que se obtienen una vez hacemos un presupuesto de gastos para los meses siguientes que dedique dinero a lo que realmente es importante para vosotros, y que vayáis viendo cómo, con una buena conciencia financiera, se van haciendo realidad vuestros objetivos.
Además, otra gran ventaja de hacerlo durante las vacaciones es que, una vez terminan, volvemos a la vida cotidiana con las baterías bien cargadas y con ganas de hacer cosas. Y ¡qué mejor que habernos dado cuenta de que podemos mejorar y haber hecho un pequeño plan de acción para avanzar en la línea que queremos!