Lo admito: hay autores americanos que no me gustan en las formas. Pero más allá de esto, debo reconocer la validez de lo que predican. Y las muchas coincidencias con lo que intento transmitir a mis clientes. Por eso dedico este artículo a la transformación financiera que expone Dave Ramsey. Creo interesante hacer un repaso a lo que dice en uno de sus libros, «The Total Money Makeover».
Empiezo con un símil que utiliza que yo ya había leído en alguna otra parte. Si tiramos una rana en un olla de agua hirviendo, saldrá de un solo bote impulsada por el dolor. Ahora bien: si la ponemos en la misma olla con agua fría y vamos aumentando la temperatura gradualmente hasta la ebullición, acabará muriendo cocinada casi sin darse cuenta.
Un espejo para iniciar la transformación financiera
No pienso hacer la prueba con ningún animal, y desconozco la veracidad del párrafo anterior. Sin embargo, sí que me hace reflexionar. Como Dave Ramsey, tengo clientes que si a la edad de 20 años los hubieran puesto en la situación en la que viven ahora habrían salido despavoridos. Pero como su endeudamiento ha sido progresivo, ahora nadan sin la sensación de quemarse. Y obsérvese que podemos sustituir «endeudamiento» por «situación laboral» o cualquier otra palabra que crea oportuno.
A veces cuesta mirarse al espejo. Puede haber determinados aspectos de nosotros mismos que no nos gusten. Pero el espejo no engaña (prescindiremos de los que hay en parques de atracciones). A partir del momento en que vemos una imagen, podemos cerrar los ojos o empezar a tomar decisiones.
Yo os puedo asegurar que el espejo ayuda porque lo he experimentado en la propia piel. Me apartaré por unos momentos del ámbito financiero. En plena adolescencia un día me miré en uno y no me gustaron nada los notables michelines que vi. Hoy soy una prueba palpable de que con esfuerzo y disciplina el cuerpo responde al tratamiento. Y, tras el paréntesis, vuelvo a las finanzas: la economía doméstica también lo hace.
Conciencia de base para la transformación financiera
Dave Ramsey tiene una metodología basada en siete fases que veremos más adelante. Sin embargo, antes de comenzar el camino propone asentar una conciencia que ayude a prepararnos para vivir una positiva transformación financiera. Veámoslo.
- Endeudarse no suele ser una buena opción. Yo mismo me he referido a ello otras veces (ver «Deudas y sabotaje a la libertad financiera»). Un préstamo puede ser bueno para una empresa si con él consigue apalancarse y obtener más beneficios. Lo que suele hacer un particular con la deuda es pagar aquello que hoy no está a su alcance.
- No hay atajos hacia unas finanzas personales saneadas. Es posible que te toque la lotería, pero es estadísticamente poco probable. La transformación financiera, el camino para disfrutar de una buena salud económica, requiere esfuerzo. Los michelines a los que hacía referencia antes no se fueron solos.
- Nadie nace con conocimientos financieros. Somos ignorantes también en esta materia, hasta que aprendemos. Afortunadamente, ahora en las escuelas ya se aportan unos mínimos para que las próximas generaciones sepan relacionarse mejor con el dinero. De momento, el resto de la población se ha de formar por su cuenta. acOnseguir pone su grano de arena para que así sea.
- Nos parece que necesitamos dinero (y gastarlo) para recibir la aprobación de los demás. Ramsey es aún más radical. Tenemos tendencia a comprar objetos que no necesitamos con dinero del cual no disponemos para impresionar a gente que (a menudo) no nos importa.
Adoptamos esta transformación financiera en nuestro país
Es alentador que alguien desde el otro lado del Atlántico esté despertando una conciencia que también es válida en nuestro entorno. Dave Ramsey lo lleva haciendo desde hace más de 25 años. En acOnseguir ya llevamos 8. Dejando aparte matices, lo que transmitimos es similar. Y muy útil.
Dejamos para un próximo post las siete fases que él propone para seguir el camino hacia la transformación financiera. Mientras tanto, propongo irnos acercando al espejo.