¿Quién no ha hablado alguna vez de buenos o malos momentos? Hay días que nos levantamos con una energía especial, y nos parece buena idea aprovechar el momento para hacer frente a un asunto que se nos resiste. O, a la inversa, hay etapas de la vida que es conveniente preparar con tiempo. A nivel de dinero, considero que existen lo que podemos llamar momentos financieros. Son períodos de tiempo que merecen atención a nivel económico. Alternativamente, también son buenos para adoptar decisiones financieras.
Escribía en el post anterior que la vida está llena de cambios financieros. Me centraba entonces en aquellos asociados al trabajo o en la suerte, y en las decisiones que se pueden desprender de ellos. Las líneas que siguen son la continuación. Nos fijaremos ahora en momentos financieros asociados a la trayectoria vital que casi todos experimentamos.
La vejez (esta vez, la de los que nos rodean)
Creo que ya hay suficientes entradas en este blog que hablan sobre la necesidad de preparar la jubilación y la propia vejez. Por lo tanto, pasaré de puntillas sobre este tema.
Sí que me gustaría hacer hincapié en la conveniencia de reflexionar sobre la vejez de las personas que nos rodean. Es posible que la cobertura de sus necesidades también nos afecte. Hay muchos casos de gente mayor que no pueden hacer frente por sí mismos a determinados gastos. Si queremos que no pierdan calidad de vida tal vez tendremos que dedicar tiempo… y dinero. Este es uno de los momentos financieros sobre los que recomiendo reflexionar.
Saltamos al primero de los momentos financieros: infancia y adolescencia
De todas las etapas de la vida que veremos, ésta es la única en la que hay que alguien nos prepare a nivel económico. O, al revés, es nuestra responsabilidad de padres hacerlo por nuestros hijos.
Todos los que tenemos descendencia sabemos el dinero que cuesta. Desde los pañales hasta los estudios. Entre otros, puede implicar un cambio de vivienda para disponer de espacio suficiente. El volumen de dinero que destinemos dependerá de las diversas opciones que vayamos eligiendo. Lo que es seguro es que el conjunto de nuestros gastos se incrementará. O, lo que suele ser equivalente, nuestra capacidad de ahorro bajará.
Por otra parte, infancia y adolescencia son fantásticos momentos financieros para introducir a los hijos en temas de cultura económica. Es aconsejable hablar con ellos de dinero de acuerdo con la edad que tengan. Y también lo es predicar con el ejemplo. Se les puede hacer participar en el presupuesto familiar en la medida de lo posible. O hacer que ajusten un determinado evento a una cifra de dinero disponible para este fin. Sería el caso de un presupuesto para una fiesta de cumpleaños.
Otros momentos financieros y cómo planificarlos
Todavía nos quedan para tratar una buena cantidad de momentos financieros. Para muchos de ellos me remito a otras entradas de este mismo blog. Así, es recomendable pensar sobre cómo planificar la vida en pareja, o la decisión relativa a dónde viviremos. En este último punto, habrá que elegir entre compra o alquiler. Y, puestos a presentar links, es interesante repasar el que habla sobre la educación financiera de los hijos. O lo que aconseja sobre algunas posibilidades de ahorro relacionado con ellos.
Planificar para todos estos momentos financieros puede representar dedicar un buen rato. En todo caso, hay algunas recomendaciones que nos pueden ayudar:
- En general, si disfrutamos de una buena independencia financiera, más fácil nos será hacer frente a situaciones económicamente complicadas. Esto significa tener un notable cojín de ahorro y no estar condicionados por préstamos.
- Hay que adaptar las estrategias a las necesidades de determinados momentos financieros. Cuando antes nos pongamos a ello mejor. Pero, además, en el instante que nos encontremos en medio del problema, la reacción debería ser rápida. Esconder la cabeza bajo el ala no sólo no ayuda sino que puede complicar todo.
- Nuestro servicio de Coaching en economía doméstica puede echar una mano para adoptar una buena perspectiva con que planificar todos los momentos financieros que nos inquietan.