Hace unos días, Eduard Gironella volvía a participar en la tertulia del programa Ben Trobats de XipTV (link aquí), esta vez sobre el carro de la compra.
Entre los diversos temas tratados, creemos que vale la pena destacar el hecho de que es muy recomendable aplicar el hábito de hacer listas de la compra a otros ámbitos más allá de la alimentación. Efectivamente, casi todo el mundo lleva por escrito qué es lo que hay que adquirir antes de entrar en su mercado, súper o tienda de alimentación habituales, pero quizás deberíamos pensar en hacer lo mismo antes de irnos de rebajas en las compras de ropa, o, incluso, en el consumo de ocio.
Así, si antes de ir de rebajas ya sabemos que en el armario nos faltan una pantalón y una camiseta, quizá evitaremos comprar un jersey si acabamos de comprobar que de esta prenda ya vamos cubiertos para esta temporada.
Del mismo modo, si tenemos la buena costumbre de hacer un presupuesto, y sabemos que para que los números nos cuadren no deberíamos ir a cenar con la pareja o los amigos más de dos veces al mes, esto no deja de ser una especie de «lista de la compra del ocio».
Comentaba la presentadora Clara Tena en un momento del programa que quizás esto nos hace renunciar a pequeños placeres, y es cierto. Sin embargo, lo que falta es establecer prioridades, y saber que estos placeres inmediatos nos pueden privar de otros placeres más a largo plazo para los que quizás necesitaremos el dinero que nos hemos gastado en un jersey que no nos hacía falta o en una cena de restaurante que nos podíamos haber ahorrado sin ningún tipo de problema.
Al fin y al cabo, la compra de alimentación, aunque bastante gente pone una cierta dedicación para ahorrar en ella, representa sólo un 15% de media (unos 4.000 euros anuales) dentro de los 27.000 euros por año de gasto también medio de los hogares del país (datos «Encuesta de Presupuestos Familiares INE 2014»). Y todos necesitamos comer, por lo que hay mínimos que son poco negociables.
Por el contrario, estos mismos hogares destinan un 9% de sus salidas de dinero a restaurantes, hoteles y bares, un 6% adicional a ocio y espectáculos, y un 2% a bebidas alcohólicas y tabaco. Estas son partidas donde, si queremos priorizar un cierto nivel de ahorro, las posibilidades de recortar son mucho mayores. En realidad, todas ellas suman un 17% del gasto medio, dos puntos más de lo que se destina a algo tan básico como la comida.
Otro tema muy destacable del programa fue el de las muchas herramientas que las nuevas tecnologías ponen a nuestro alcance para poder tomar mejores decisiones en el momento de hacer las compras. Uno de los invitados a la tertulia nos ofrecía su web (www.elcomprador.cat) para facilitarnos poder tener siempre al alcance las mejores opciones del mercado en el momento de llenar el carro de la compra. Internet nos da muchas herramientas útiles en el ámbito del ahorro y la planificación financiera.
Durante el tiempo que duró, también se hizo un repaso a temas interesantes como:
- los cambios experimentados en los hábitos de los consumidores con respecto a las compras de alimentación como consecuencia de la crisis o debido a la aparición de las compras on line vía Internet
- el nuevo protagonismo dentro de las grandes cadenas de distribución de los productos de proximidad
- las casi nulas diferencias entre las llamadas marcas blancas y las que se venden bajo el paraguas de nombres que todos conocemos gracias a importantes inversiones en marketing que, al fin y al cabo, acabamos pagando los consumidores
Lo más importante es disponer de información que nos aporte conciencia sobre las posibilidades que tenemos, y, a partir de ahí, tomar decisiones responsables.