De nuevo, cerramos un año para iniciar otro, que es de esperar esté lleno de proyectos y ilusiones. Desde un punto de vista financiero, hay una pregunta que puede ayudarte a saber de dónde vienes y reflexionar sobre dónde quieres ir con el cierre anual: ¿qué has hecho del dinero que has ganado?. Se trata de llevar a cabo lo que todas las empresas serias realizan: cerrar y analizar contablemente el último ejercicio.
Para hacerlo fácil, no es necesario que dediques demasiado tiempo. Sólo es necesario comparar dos fotos: la de inicio de año y la de final de año. Así, podrás ver las diferencias y constatar si estás allí donde quieres estar o no.
Paso 1
Para hacer la foto a tu situación patrimonial actual, lo ideal es sacar extractos para cada una de las entidades financieras (para muchos, bancos) con las que trabajas. Separaremos bienes de deudas.
Dentro del apartado de bienes, incluiremos todos los saldos positivos: cuentas corrientes, depósitos, productos de inversión, acciones, planes de pensiones, etc. (es decir, dinero de los que podemos disponer ahora o más adelante).
Añadiremos todo lo que sabemos que tenemos, pero no consta en los extractos: la vivienda, el coche, el contenido del piso, y, en definitiva, cualquier objeto que tenga un valor significativo desde un punto de vista económico.
Del total de bienes habrá que restar todas las deudas: los préstamos, la hipoteca, dinero que se deben a familiares y amigos (en su caso), tarjetas de crédito aplazadas, etc.
El resultado final es lo que tenemos patrimonialmente ahora mismo.
Paso 2
Repetir lo mismo, pero ahora a partir de los datos de un año antes.
En la mayoría de casos, será sencillo: muchos bienes (esencialmente, el piso, su contenido y similares) tendrán valores que no variarán demasiado de un año a otro (y más, si no nos planteamos desprendernos de nada). Si no se han vendido propiedades o se han comprado otras nuevas, el grueso de diferencias estará centrado en los extractos bancarios.
De nuevo, cuando tengamos los bienes, habrá que restar del total las deudas, que es casi seguro que serán diferentes. Si no se han contratado nuevos créditos, es de esperar que la deuda de hace un año sea superior a la actual, aunque sólo sea por los pagos mensuales que hemos ido efectuando durante los últimos doce meses.
Paso 3
Comparar el valor patrimonial actual con el de hace un año.
Si el de hoy es superior, tu patrimonio habrá crecido (serás -poco o mucho- más rico), y, en caso contrario, habrás empobrecido. Lo que haya pasado sólo te aporta conciencia, no está ni bien ni mal. No obstante, a partir de ahora ¿tú qué prefieres? ¿Hacia dónde quieres encaminarte?
Paso 4
Por último, conviene introducir en el análisis el dinero que se ha ido ingresando mes a mes a partir de nóminas o facturación de la actividad profesional. Si eres trabajador por cuenta ajena, lo tienes fácil: a grandes rasgos, bastará con multiplicar la nómina por las pagas que corresponda (12, 14, 15, 16, las que sean). Si eres autónomo o empresario, tardarás un poco más, pero vale la pena calcular algunos números.
A no ser que te haya tocado un premio, hayas cobrado una herencia, o vivas de rentas, el origen de todo incremento patrimonial sólo puede provenir de las ganancias obtenidas de tu trabajo. ¿Qué parte de todo el dinero que has ingresado se ha quedado en forma de patrimonio? ¿Y qué se ha gastado en bienes y servicios que ahora sólo son un recuerdo? Es muy bueno tomar conciencia. ¿Dónde está tu dinero? ¿Te satisface lo que ves?