Todos hemos pasado por una situación en la que la vida va bastante bien y, de repente, sucede algo. Es el pasaje bíblico de vacas gordas seguido de vacas flacas. Los períodos de prosperidad y miseria se alternan. Entre ellos, encontramos momentos de transición financiera. Son ocasiones fantásticas para la revisión e introspección. A ello nos referiremos en las próximas líneas.
Efectivamente, hay un modelo en desaparición. En éste, una pareja era para toda la vida. Y lo mismo ocurría con un trabajo o una vivienda. Actualmente, los diversos capítulos vitales están separados por transiciones. Y los cambios suelen ir de la mano de implicaciones económicas.
Capítulos de vida y transición financiera
La inspiración proviene esta vez de F.M Hudson, y su libro «Handbook of Coaching». Según este autor, todos estamos en una de estas dos fases:
Capítulo vital
Son etapas en que disfrutamos de una situación estable. La vida nos da buenas sensaciones. Estamos entusiasmados, energéticos, optimistas y positivos. Queremos hacer, actuar y conseguir. Y a nivel económico, hay ingresos suficientes que superan las salidas de dinero.
Transición vital
La vida se vuelve caótica, difícil de prever, inestable, insegura y provoca sensación de miedo. Nos sentimos pesimistas, desmotivados, faltos de energía y desanimados. Tenemos tendencia a la introspección, a convertirnos en crisálida. Nos preguntamos más qué «somos» que no lo que «hacemos». A menudo, lo que nos valía en el anterior capítulo vital ya no cuenta. Nos preparamos para el siguiente. En una transición financiera analizamos lo que hemos estado haciendo hasta ahora económicamente. Encaramos unos cambios en línea con los nuevos valores.
Esta fase de transición aún la podemos dividir en dos más. Son la toma de conciencia y la adopción de decisiones.
Reconstruir a partir de la consciencia
Una buena parte de los clientes que llegan a acOnseguir están en este momento. Con nuestro apoyo, se dedican a recopilar datos de lo más útiles. Así, se quiere dar respuesta a la pregunta de qué se ha estado haciendo hasta ahora a nivel económico.
Una vez averiguamos dónde va a parar el dinero, suele ocurrir que su destino no se corresponde con los objetivos vitales. De repente, se produce una toma de conciencia que transforma. Es como una pequeña muerte, y a partir de ahí se construye de nuevo.
Las decisiones que emanan de la transición financiera
Con la concienciación propia de la fase anterior, encaramos las decisiones que se derivan. Es momento de recoger información sobre cómo podemos actuar de manera diferente. En cierto modo, nos entrenamos para el nuevo escenario. Y nos planteamos nuevos retos.
Todo ello se traduce, por ejemplo, en preparar un presupuesto que permita generar el ahorro deseado. Y para que esto sea posible, quizás nos propongamos dejar de gastar en una determinada partida. O tratemos de conseguir unos ingresos adicionales. En definitiva, nos empezamos a mover en la nueva dirección.
Lo que podemos hacer por tu transición financiera
Cerramos este artículo con un par de referencias. Por un lado, si quieres conocer más sobre el autor que inspira lo que has leído, te proponemos hacer clic aquí (en inglés). Y también te puede ayudar la entrada que publicábamos hace unos meses sobre transformación financiera.
Finalmente, nuestro servicio de Coaching en economía doméstica te puede llevar de la mano en tu proceso de transición financiera. Somos muy conscientes del valor del acompañamiento en temas relacionados con el dinero.
(imagen de esudroff en Pixabay)