Como ya ha ocurrido otras veces, un rotativo de alcance nacional nos pidió hace unos días unacolaboración. El tema propuesto me ha inspirado para ampliar contenidos en una nueva entrada. Al fin y al cabo, ¿quién no ha tenido alguna vez discusiones financieras con la pareja? ¿O con el socio? ¿O con el compañero de trabajo? Cuando la economía está controlada, todo funciona mejor. Por lo tanto, quiero convenceros que para facilitar un ambiente favorable no hay nada como un buen presupuesto.
Preparar un presupuesto es mucho más que concretar en un papel o una hoja de cálculo toda una serie de cifras. En una empresa, el presupuesto es de entrada la guía para dar forma unos determinados valores. Y, en segundo lugar, permite conseguir unos objetivos coherentes con éstos. Lo mismo ocurre en el ámbito de la pareja.
Primer paso: valores y acuerdos para evitar discusiones financieras
Partimos de la base de que en una pareja se comparten unos valores. Si esto no es así, la pregunta que quizás hay que formular es cómo lo hacen para ser pareja. De hecho, podríamos sustituir la palabra «pareja» por «empresa» y seguiría siendo una afirmación igual de válida.
Por lo tanto, damos esto por bueno. Entonces, el primer paso para evitar discusiones financieras en pareja es traducir estos valores en acuerdos.
Unos acuerdos en el ámbito de la economía doméstica pondrán de manifiesto unas prioridades. En cada caso habrá unas diferentes. Y no hay mejores o peores. La cuestión es que estén claras.
Por ejemplo, una determinada pareja puede encabezar su lista de prioridades con la educación de los hijos, seguida de vivir en un hogar confortable, disfrutar de una cena fuera de casa al mes y con unas vacaciones de playa y camping en un lugar cercano . Y otra se sentirá mejor si pueden asegurarse una buena jubilación, algunas escapadas en avión durante el año, un pequeño cojín de dinero y una vivienda más bien modesta. Lo más importante es que ambos miembros se sientan cómodos con ello.
Segundo paso para olvidar discusiones financieras: presupuesto y seguimiento
A partir de los acuerdos y prioridades anteriores, podemos asignar dinero a cada partida de gasto. Por coherencia, los puntos de la lista que figuren más arriba deberían llevarse más recursos.
Y ¿cuál es el límite de los recursos que se pueden destinar? La suma de todos los gastos no debería superar en ningún caso los ingresos. Es más: sería aconsejable que hubiera un margen de ahorro que permitiera reaccionar sin necesidad de recurrir a créditos.
Una vez establecido esto, sólo queda hacer seguimiento para que se convierta en realidad. Si el presupuesto es coherente con prioridades e ingresos, debe permitir llevar a cabo todo lo que la pareja quiere durante el año. Cuando es así y conseguimos que no haya desviaciones, no hay espacio para discusiones financieras.
Para más información, consulta el artículo La tranquilidad de tener un presupuesto.
Más allá de las discusiones financieras: ¿bajamos el ritmo?
No quisiera terminar esta entrada sin una reflexión algo más filosófica. En una pareja, considero que es muy importante hablar desde las necesidades de cada uno y de qué manera pueden quedar cubiertas. Es obvio que en todo esto el dinero jugará un papel importante. Pero ¿no habéis tenido nunca la sensación de que quizás nos complicamos demasiado la vida? ¿Cuántas cosas de las que disfrutamos son realmente imprescindibles? ¿Puede que en algunos casos determinados gastos disimulen otras carencias? No perdamos de vista que dar amor (de verdad) no representa ninguna salida de dinero.
Y, dicho esto …
… ¿os ayudamos a evitar discusiones financieras?
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- Y, con la ayuda de un presupuesto, tendréis claro qué puede gastar y qué no si deseáis conseguir las metas que os marquéis.
[Aquí encontrarás el artículo que ha inspirado este post: Cómo evitar las discusiones por dinero en la pareja.]