Con las líneas que siguen pretendemos enfocar una parte de la energía acumulada durante los días que probablemente habréis tenido de vacaciones para concretar objetivos financieros que os motiven, os pongan en marcha, y os hagan sentir mejor.
Este sigue siendo un país que queda cerca de pararse durante agosto (menos que hace unos años, todo hay que decirlo). Muchos de nosotros habremos dispuesto de tiempo para reponernos. En cierto modo, volvemos a la vida cotidiana con las pilas cargadas para emprender acciones diversas.
¿Qué os parece si dedicamos parte de este empuje veraniego a concretar objetivos financieros y ponernos manos a la obra para caminar en la dirección correcta para que se conviertan en realidades?
Es conveniente diferenciar entre las metas que nos podemos plantear a nivel personal o familiar, y las relativas a la actividad profesional que desarrollamos en un negocio propio, en su caso.
Concretar objetivos financieros domésticos
Estoy seguro de que todos tenemos algún deseo que no acabamos de conseguir nunca, y que, en muchas ocasiones, el factor que está impidiendo que lo logremos es de tipo económico.
Recordad que hay muchas más cosas de las que pensamos que dependen de nosotros mismos y que, por otra parte, si no nos ponemos a caminar para llegar a un objetivo es poco probable que nadie lo haga en nuestro lugar.
Por lo tanto, ¿seguimos como hasta ahora y nos resignamos a que no haya cambios, o concretamos que queremos y el correspondiente plan para llegar a ello? No es imprescindible una hoja de ruta con todos los detalles, pero quizá sí un paso decidido, una intencionalidad clara. Hacer un presupuesto y perfilar cómo lo financiaremos, en su caso, también ayudará.
Al final, como siempre todo es cuestión de prioridades. Si lo que queremos es lo suficientemente importante, ¿a qué estamos dispuestos para conseguirlo? ¿Lo queremos realmente? Pues pongámonos a ello.
Concretar objetivos financieros profesionales
Podríamos repetir frases muy similares a las anteriores para cualquier negocio: siempre hay algún objetivo pendiente de alcanzar, y sólo seremos capaces de llegar al mismo si damos los pasos necesarios para que así sea.
Ahora bien, toda actividad profesional, por mucho que nos llene y nos motive, no es viable si no proporciona suficiente dinero para vivir, y creo que es bueno aprovechar este artículo para avanzar en esta línea.
Lo primero que intentamos determinar conseguir cuando damos servicio a alguien que tiene un negocio propio es qué necesidades de dinero tiene esta persona a nivel personal o familiar. A partir de este dato, sabemos el «sueldo» que es preciso que la actividad profesional «pague» a nuestro cliente, y ¿hay nada más obvio que una vez somos nuestro propio jefe nos paguemos lo que necesitamos para vivir?
Este sueldo irrenunciable que obtengamos cada mes debería ser un gasto a añadir al resto de salidas fijas de dinero, y sobre esta base deberíamos calcular la cifra de ventas mínima (llamada punto de equilibrio) para que nuestra actividad profesional sea sostenible. ¿Sabéis cuáles son estas ventas en vuestro caso?
Después de leer estas líneas, llega el momento de empezar a trabajar.