Para disfrutar de una cierta tranquilidad económica sólo debemos tener en la cabeza ciertas reglas. Lo explico a menudo a mis clientes. Dicho de otro modo, conviene evitar algunos errores financieros. Por eso me encantó que RAC 1 me pidiera una nueva colaboración en torno a este tema.
La intervención solicitada se concretó en una conversación con el autor. Cabe decir que el enfoque del artículo que resultó es bastante interesante. Es más, agradezco que se aleje del tópico de la cuesta de Enero. Y celebro especialmente que adopte una perspectiva más amplia.
Pagar a crédito como el primero de los errores financieros
Lo debemos tener bien presente. Las tarjetas de crédito son una anestesia al daño que provoca pagar. Abrir la cartera y ver cómo salen los billetes resulta mucho más efectivo de cara a tomar conciencia. Me remito a la entrada de este blog relativa a trampas financieras.
Por otra parte, es fundamental no perder de vista los intereses que nos pueden cobrar. Si aplazamos el pago del saldo pendiente de la tarjeta éstos pueden ser muy altos.
El desconocimiento de qué se hace con el dinero
Seguramente lo has oído muchas veces. Para saber dónde vamos hay que conocer de dónde venimos. También encontraréis en este blog varias referencias a la importancia de contar con un presupuesto. Pero es muy complicado preparar uno sin unos datos de partida. Y uno de los errores financieros más habituales es desconocer dónde ha ido a parar nuestro dinero.
Como mínimo, conviene disponer de información del último año. Y, por una vez, los bancos son un gran aliado en esta tarea. La mayoría de salidas quedan reflejadas en los extractos de la cuenta corriente o tarjeta de crédito. Y, con respecto a los pagos en efectivo, sólo hay que perder unos minutos al llegar a casa. Si hemos salido con un importe en la cartera y volvemos con menos, se trata de intentar recordar qué hemos gastado. Y dedicar un momento a anotarlo en un papel. O, mejor aún, en una hoja Excel.
Errores financieros asociados al merecimiento (y sucedáneos)
El artículo de RAC 1 añade cuatro tipos de errores financieros a los dos anteriores. Sin embargo, desde mi punto de vista los cuatro son variaciones del mismo. La sociedad de consumo ha conseguido que interioricemos un concepto de merecimiento que nos perjudica. No hay duda de que toda persona es merecedora, a priori, de lo mejor para ella misma. Ahora bien, por encima de todo, todo el mundo merece una tranquilidad financiera. Y determinadas decisiones de compras «porque yo me lo merezco» la pueden dañar.
Hay un patrón que se repite en la sociedad actual. Trabajamos muchas horas, ya menudo en condiciones estresantes. Cuando nos tomamos un respiro del trabajo, necesitamos sobreponernos a esta situación. Entonces, docenas de reclamos publicitarios nos relatan una vida más feliz. Curiosamente, ésta siempre va asociada a un producto o servicio. Y, ávidos como estamos de felicidad, acabamos adquiriendo lo que nos han ofrecido. Incluso, dependiendo de qué se trate, como consecuencia podemos llegar a endeudarnos. Resultado: necesitamos trabajar aún más horas para incrementar ingresos. Es una rueda de hámster que nos deja siempre en el mismo lugar, a pesar de la extenuación que lleva asociada.
Si meditamos al respecto, ir de rebajas debería servir para reponer lo que nos haga falta en el armario a un precio más económico. O los gastos en aficiones nunca deberían superar un límite que nos podamos permitir. Compras compulsivas obedecen a cubrir unas supuestas necesidades que no tienen nada que ver con lo que materialmente nos hace falta.
Cómo enfrentarnos a errores financieros
En acOnseguir te ofrecemos nuestro servicio de Coaching en economía doméstica para acompañarte en la detección de errores financieros. Y, por supuesto, también te ayudamos a poner remedio a ello.
Y, como solemos hacer, cerramos esta entrada con algunos enlaces. El primero nos muestra el contenido del artículo de RAC 1 (en catalán). Y el segundo nos conduce a otra entrada del blog relativa a las trampas financieras. Su lectura es muy recomendable.