Este servicio de coaching en economía doméstica consta de 4 etapas:
Establecimiento de prioridades personales o de la unidad familiar
En esta fase, ponemos atención a lo que más valoras tú y, en su caso, tu familia. Se trata de determinar aquellas actividades, bienes o momentos que realmente os motivan. ¿Para qué vale al pena vivir? ¿Qué os hace feliz?
Entendemos que todo lo que después se analice, y las decisiones que se tomen, deberían ir encaminadas a priorizar lo que aquí se escoja. Al fin y al cabo, para nosotros el dinero es un medio que nos debe permitir precisamente conseguir determinadas metas que nos hagan sentir bien.
Análisis de la economía personal o familiar
El objetivo de este análisis es doble:
– Por un lado, queremos obtener la foto de la situación patrimonial (lo que sería el balance en una empresa). Nos interesa tomar conciencia de los bienes que componen este patrimonio, y de las deudas que hay pendientes de pagar.
– Por otro lado, ponemos el foco en la película de lo ocurrido en el último año en cuanto a ingresos y gastos (lo que en una empresa equivaldría a la cuenta de pérdidas y ganancias).
A partir de estas magnitudes, intentamos estimar cuál sería la evolución futura que se puede desprender de variaciones en los ingresos o gastos del día a día. Incidimos también en entradas o salidas de dinero puntuales (que normalmente no se repiten cada año), como puede ser la compra de un electrodoméstico, un cambio de vivienda o el pago de los estudios universitarios de los hijos.
Sesión de trabajo y configuración del presupuesto
Con toda la información obtenida, estamos en condiciones para que tenga lugar la sesión de trabajo, que puede ser presencial, vía Skype o por teléfono.
Lo que perseguimos es que, al terminar, tengamos sobre la mesa una hoja de ruta con decisiones concretas que pongan la situación de la que partimos al servicio de los objetivos que nos hemos marcado en la primera fase del proceso.
Hablaremos de cómo reducir gastos o como incrementar los ingresos, de qué utilidad tienen los bienes y deudas de las que tú y tu familia partís y de cómo se puede ligar todo ello con el ideal de estilo de vida que queremos.
Plan de acción
Damos mucho valor a poner por escrito el plan de acción acordado. Esto facilita que éste se tenga más presente en las decisiones del día a día. La finalidad es que, poco a poco, los hábitos se vayan ajustando para facilitar irnos acercando a los objetivos marcados.