Lo que tienes la oportunidad de leer a continuación puede que te incomode. De hecho, confieso que está escrito con esa intención. El coaching a veces te saca de tu zona de confort. Mi objetivo es hacer aparecer puntos de inflexión financiera. Me encanta observarlos en una gráfica. Representan cambios de tendencia. Me gusta aún más verlos en mis clientes. Cambios positivos, claro. La buena noticia es que éstos dependen en gran parte de nosotros mismos.
En alguna parte leí o escuché que en muchas ocasiones nos cuesta emanciparnos. Hay resistencias evidentes: cada vez los hijos se van más tarde de casa los padres. Pero la falta de emancipación va más allá. De la protección de los padres pasamos a la de las empresas o sindicatos. Y de ésta a la del Estado.
El cambio de actitud como primer paso en la inflexión financiera
Esta emancipación tardía responde a que nos hemos acostumbrado a que nos protejan. Es lo que tiene el estado del bienestar. Confiamos que alguien acabará sacándonos las castañas del fuego. En este entorno, en el pasado incluso hemos confiado en quien no tocaba: los bancos. Los años de crisis más profunda nos lo han dejado bien claro. Por otra parte, se ven en el horizonte del futuro nubes de tormenta. Ya hace tiempo que se habla de que las pensiones peligran para los trabajadores más jóvenes.
En medio de todo esto, me parece urgente un cambio de actitud. Ningún banco nos obligó a firmar hipotecas imposibles de pagar si llegaba un cambio de ciclo. Ni inversiones en preferentes que pueden haberse llevado parte de nuestros ahorros. Fueron decisiones nuestras.
¿Nos podríamos haber informado mejor? ¿Qué podríamos haber hecho para evitarlo?
Del mismo modo, muchos ya vemos que no cuadran los números con respecto a las pensiones. Cada vez hay más jubilados y menos trabajadores que coticen a la Seguridad Social.
¿Qué podemos aportar de nuestra parte para ponernos al mando financiero de nuestras vidas?
Rehacer hábitos para la inflexión financiera
La economía doméstica al final sólo se basa en ingresos y gastos.
En cuanto a ingresos, no hay nada como ser trabajador autónomo para rendir almáximo. Todos los que estamos dentro de esta categoría sabemos que lo que ingresamos depende en un porcentaje altísimo de nosotros.
Pero … ¿es que quizás los ingresos de un trabajador por cuenta ajena no están en función de su rendimiento? Cuando das lo mejor de ti mismo debe haber una recompensa. Si ésta no se produce, posiblemente no estás en la empresa adecuada. Provocar un cambio en este sentido también pasa por la propia actitud.
Y nos ocupamos ahora de los gastos. ¿Tenemos conciencia de lo que hacemos con el dinero? Una de mis entradas preferidas del blog es la relativa a la tranquilidad de tener un presupuesto. He repetido en varias ocasiones que somos seres impulsivos. Especialmente cuando no nos sentimos satisfechos con nosotros mismos y buscamos (inútilmente) que determinadas compras nos lo hagan olvidar. Reconocer este hecho es un primer paso. No nos hacen falta tantos objetos. Ni tantas experiencias caras. Si desde este nivel de conciencia controlamos el dinero que saldrán de la cuenta bancaria, veremos cambios muy significativos a nivel de ahorro.
Resumen de consejos para la inflexión financiera
- Tomar el control en las propias decisiones financieras, con el máximo de información disponible que provenga de fuentes independientes.
- Ser conscientes de nuestra capacidad de generar más ingresos y trabajar para hacerlos crecer.
- Darnos cuenta de los hábitos de gasto que nos perjudican y cambiarlos.