En los últimos años he tenido la oportunidad de aprender mucho del contacto con clientes. También me han ayudado experiencias en mi vida personal. En esta entrada me referiré a una muy importante. En el momento que encaras de verdad una situación comienzan a aparecer sucesos que ayudan. También en el campo de la economía particular o profesional. Lo podríamos llamar como alquimia financiera. Sé que para mentes cartesianas esto cuesta entender. Incluso yo me resistía. Al principio lo llamaba casualidades. Ahora creo con firmeza que cuando pones toda la carne en el asador hay una energía que se mueve.
Algunos ejemplos de alquimia financiera
A nivel colectivo hay varios casos que confirman esto que menciono. ¿Has trabajado en una empresa o departamento que haya pasado por un mal momento? Si es así, ¿os habéis conjurado para enderezarlo con determinación? Y una vez os habéis implicado en cuerpo y alma, ¿no han sucedido algunos hechos inesperados o mágicos que os han dado empuje?
La crisis del petróleo de 1973 también sirve para verlo. Lo explica Tony Robbins en su libro «Controle su destino», que en parte me ha inspirado para escribir estas líneas. Aquel año se estimó que quedaban reservas de combustible fósil para 35 o 40 años. Ya han pasado sobradamente. ¿Qué ha pasado que aún podemos llenar el depósito del coche?. Pues resulta que nos pusimos de lleno a resolverlo. La tecnología ha permitido por un lado descubrir nuevos yacimientos. Y, por otra parte, también ha reducido los consumos con motores mucho más eficientes.
¿Hay algo que quede lejos de nuestro alcance cuando ponemos en ello los cinco sentidos?
Alquimia financiera enfocada a ingresos
Hay otros artículos de este mismo blog que hacen hincapié en el control de gastos y endeudamiento. Uno de ellos podría ser el titulado «Valentía financiera«, donde animo a afrontar situaciones desde esta óptica. En esta ocasión, he creído conveniente centrarme en ingresos.
Siguiendo con los consejos del libro al que me refería anteriormente, hay cinco claves que nos ayudan a crear riqueza:
- La habilidad para obtener más ingresos que antes. Se trata, básicamente, de crear valor. Para la empresa donde trabajamos o, si tenemos negocio propio, para los demás, para clientes potenciales. En esta línea, es muy importante conocer qué podemos aportar. Una reciente «Contra» del periódico La Vanguardia nos da también alguna pista. Hay que cultivar lo que los demás perciben diferente en ti.
- Mantener la riqueza creada. También hacíamos referencia a esto hace poco en la entrada «Simplicidad financiera«. Tenemos tendencia a incrementar los gastos tan pronto entra más dinero. Si somos conscientes de ello, podemos limitarlo.
- Hacer trabajar el dinero ganado. Si ingresamos más y conseguimos que los gastos no sigan el mismo camino ascendente, habrá un excedente. Se trata de invertir adecuadamente este ahorro para que siga produciendo. En este sentido, vale la pena aprender sobre la magia del interés compuesto. También es imprescindible planificar en qué productos se invierte según los objetivos que se persigan.
- Proteger y cuidar los bienes con los que se cuenta. Hay muchas maneras de hacerlo. Y es aconsejable no olvidar que también hay que tener mucho cuidado del principal de todos: nosotros mismos.
- Disfrutar del dinero. Conviene no perder de vista que la riqueza en sí no debería ser un objetivo, sino un medio para poder disfrutar de un cierto bienestar. Y es muy deseable no hacerlo solos: hay otros que también pueden beneficiarse de ello. Pueden ser más o menos cercanos a nosotros en función de las posibilidades que tengamos. Al fin y al cabo, hacerlo es muestra de agradecimiento. Y podemos ser agradecidos por un montón de cosas.
La alquimia financiera requiere determinación
Volvamos al título de esta entrada. Cuando nos ponemos seriamente en algún tema, en la mayoría de ocasiones conseguimos el objetivo. Esta vez me he querido centrar en los ingresos. También el éxito en este campo depende de nosotros mismos. No es sólo hacer presupuestos, planificar y controlar dónde va el dinero que ganamos. Aunque es cierto que la alquimia financiera funciona también cuando trabajamos en reducir endeudamiento y gastos.
¿Qué podemos hacer para activar tu alquimia financiera?