Ahora que estamos en plena campaña de de la declaración del IRPF, lo que conlleva estar manejando muchos datos sobre nuestra economía particular, os propongo un ejercicio que os dará mucha consciencia de lo que cuestan realmente las cosas.
Tomad la cifra de los ingresos anuales brutos procedentes de vuestro trabajo, actividad profesional o inversiones que tengáis, y restadle lo que pagáis de Seguridad Social y lo que os salga en la declaración como cuota líquida. El resultado de esta operación es el dinero que os queda a vuestra disposición, para ahorrar, gastar o invertir.
Para ser algo más precisos, deberíamos restar de esta cifra todos aquellos gastos que estén asociados a la obtención de rentas. Os daré varios ejemplos:
- Si necesitáis una canguro que recoja los niños en el colegio porque vosotros estáis trabajando, o tenéis alguien que os limpia la casa porque no tenéis tiempo para ello, calculad lo que os cuesta en un año.
- En caso de que tengáis de comer en un restaurante porque no tenéis tiempo de comer en casa, estimad lo que esto os hace gastar de más en comida anualmente (tened en cuenta que, de hecho, en casa también comeríais, pero a un precio muy inferior).
- Para los que os desplacéis en algún transporte, debemos considerar el coste del mismo: los billetes de metro, la gasolina, peajes, etc. (si afináramos, deberíamos contar incluso la amortización del vehículo, si es de nuestra propiedad, pero ya no pido tanto).
- Si sois autónomos, contad todos los gastos que ya habréis usado en la misma declaración: alquileres, suministros, etc.
En definitiva, se trata de obtener lo que realmente queda neto.
Proceded a continuación a hacer un cálculo de las horas que os dedicáis a trabajar. Si sois autónomos, esto va a costar, pero intentad estimarlo. Si trabajáis en una empresa, preguntad en el departamento de personal las horas que pasáis allí, que serán las que marque el correspondiente convenio (suelen estar alrededor de 1.800 si tenéis jornada completa) más las horas extras (que si no están remuneradas, deberéis sumar por vuestra cuenta). A todas estas horas (que ya veréis que son muchas), sumadle todas las horas que están asociadas al hecho de estar trabajando: las que dedicáis a desplazaros hasta la empresa, las que os pasáis en el restaurante, etc. Por último, si tenéis rendimientos de inversiones, evaluad las horas anuales que dedicáis a su seguimiento.
Después de todo esto, ya estaremos en disposición de realizar el cálculo del importe que ganáis por cada hora de vuestra vida que invertís en ganar dinero. No os asustéis, suelen salir cifras escandalosamente bajas, del orden de entre 5 y 20 euros.
Pues bien, ahora ya sabéis qué ganáis cada hora. Esto ya es algo de consciencia. Pero lo que realmente quiero aportaros en esta entrada del blog es lo que sigue a continuación.
Os propongo que, durante los próximos días, cada vez que os planteéis un gasto, pensad en lo que os cuesta en horas de trabajo. Si os ha salido una cifra de ingresos netos de 8 euros la hora, dividid todo gasto por este importe. Cuando penséis en iros de copas y gastaros 40 euros en ello, esto equivale a 5 horas de trabajo. Si vais de rebajas y os gastáis 80 euros en ropa, su equivalente es 10 horas de desempeño de vuestra actividad profesional. En el caso de que estéis planeando un viaje durante las vacaciones, y de que éste os cueste 1.600 euros, son 200 horas de vuestra vida que deberéis invertir en trabajar para financiarlo. Y si os disponéis a comprar un coche, huelgan los comentarios.
Es evidente que trabajamos para ganar dinero y poder disfrutar de las cosas que podemos comprar con él, y, en el caso de los más afortunados, también para realizarnos y disfrutar con ello, pero a lo mejor la consciencia de lo que nos cuestan las cosas en horas de trabajo nos hará pensar dos veces en qué empleamos nuestros ingresos. Porque no debemos olvidar que el dinero, aparte de gastarse, se puede invertir para que rinda, pero este tema queda para otra (u otras) entrada(s) del blog.